Autores:
Diego Toledo y Nicolás Ruíz
Había
una vez una guachina que iba de noche caminando por un pasillo. De
pronto, se encontró con un chanta que le preguntó:
-
No, no tengo.
La
pibita siguió de largo con miedo y el chabón la empezó a seguir
sin que se diera cuenta. Llegó a la casa de su abuela. El chabón,
escondido detrás de un árbol la miró y después se metió por la
ventana de atrás sin hacer ruido.
Angelita
subió a la pieza de su abuela. La viejita le pidió un té. Bajó a
hacerlo. Y en ese momento el flaco mató a la abuela ahogándola con
una almohada. La sacó de la cama y puso en el ropero. Después de
vistió con su camisón.
Angelita
subió con el té. Vio que su abuela estaba tapada hasta la cabeza.
Sólo se le veían los ojos.
-
¿Por qué te tapás tanto la cabeza, abuela? - preguntó.
Se
acercó a la cama y la destapó. Se llevó una tremenda sorpresa. El
hombre saltó de la cama y la atacó. Violó y mató a Angelita.
Luego puso el cadáver junto con el de la abuela en el ropero.
El
chabón salió por la misma ventana trasera sin que se dieran cuenta
los vecinos. Se fue sin dejar ni una huella.
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